sábado, 21 de julio de 2007

बर्रोtes दे हिएलो कुए से देर्रितें





“En las penumbras por un pasadizo del tiempo descansa toda decoración de arte y expreción। Cuando la creatividad parece encerrada surge el ingenio o se duerme en depreción. Emergen los sueños en formas de juego, y el juego expuesto queda. Solo nosotros elegimos jugarlo o no, es aquí cuando diferenciamos a los ganadores de los perdedores”
Conociendo tantas experiencias, cansado de las mías, encontré variadas cirunstancias vestidas de problemas. Cuán difícil es la decisión cuando no se nos presentan variables, tan complicada es la predisposición cuando la vida carece de incentivo y motivación. Entonces los vertientes del tiempo se diluyen, se derraman con espeza lentitud. Se hacen pesadas las horas, esponisos los minutos, eternos los días. Quedamos sentados en la cima de una piedra que tambalea trémulamente a punto de caer a un abismo inminente. Esperamos sorpresas, acontecimientos que nos den lúz, chispa y deseos renovados. Esperamos algo espontçaneo que surga de la tierra como una salvación, mientras vamos matando simultáneamente nuestra propia fuerza. Nos asesinamos dentro de una burbúja de apatía y depresión, haciendo escoria de los sueños. Y de afuera olemos putrefacción sin darnos cuenta que surge de nuestra intrínseca esencia. Rechazamos las modestias peticiones de ayuda. Desconfiámos de la solidaridad de las ideas más que de la cómoda cama o sillón en las que dormimos sin estar cansados.
Tantas conclusiones sobre la inacción mal utilizada e interpretada encontré.
Existen hombres en la historia que cambian con esta perspectiva, desde su propio interior, cuando las jaulas son inmensas e imposibles de traspasar, invierten su tiempo en las ideas, en la innovación de nuevas espectativas, haciendole caso a esa voluntad tan arraigada y esondida en los mas profundo de su esencia, haciendo caso a su intuición, dando pie a su creencia, haciendo olvido a la prisión.
Que individuo tan capaz, encarcelado en una prision del olvido se puso a decorar las paredes con pinturas, poemas y cantidad de ideas elaboradas. Su tiempo pasaba más rápido, la libertad era mas palpable. El comenzaba a viajar en la nabe veloz que lo iba a sacar de la nebuloza, de aquella umbría y fría carcel de hierro congelado. Ël decorando y creando con arte comenzó a emanar la energía y fuerza de un sol, la fascinación intensifico todo, el ambiente era más calido. Una especie de templanza lo gobernó, seguía expresando su arte con acciones tan fluídas como los minutos. Dibujaba, pintaba, escribía, hacia sonar distintos instrumento, inventaba ejercicios físicos.Y el sol más ardiente aún. Su mente se explayaba cada véz más, mientras que los barrotes de hielo se derretían sin que se de cuenta, él seguía compenetrado en su fantasia desplegadora de aire inpirador y energía cósmica.Un buen día, agotado de tanto trabajo decidió descansar. Nose muy bien cuantos días durmió, nose cuanto tiempo compensó. Pero un buen día despertó, al abrir los ojos, ya no veía los garrotes inmensos de hielo. Tan libre estaba que el viento costero lo abrazaba.
Todos tenemos una carcel, mayor o menor, todos somos prisioneros de la ansiedad y nos afligimos en angustia. Ëste conocido me enseñó que con el trabajo y la acción de nuestra voluntad interior podemos derretir los barrotes de hielo, acercando al sol. Desplegarnos en la creación de nuestras ideas hasta cansarnos y quedar exhaustos para luego descansar. Tal véz cuando habremos abierto los ojos nos demos cuenta que ya somos libres.

No hay comentarios: